martes, 20 de octubre de 2015

Nos quedamos con nuestra amiga Soledad.

De cómo la amistad a veces se convierte en institución.

Existen medios coercitivos, normativos difíciles de vislumbrar pues para formarnos se apoyan en el hermoso nombre de la amistad; exactamente cuando esta debiera ser nuestro consuelo.

Tomando mate con amigxs nos relajamos y de a ratos olvidamos estar atentas a responder a comentarios desacervados de nuestra integridad; hasta que escuchamos una queja en torno a nuestra imagen o forma de ser (es lo mismo!). esto nos golpea porque proviene del sitio que no esperábamos...

Decirme, por ejemplo, que ineludiblemente un día "Voy a querer tener hijos" es ver mi cuerpo con los ojos de uno ajeno, es imponer las propias reglas (lógica heterosexual) a quien prefiere la vida en fuga incluso a riesgo del absurdo.  Querer -cosa aparte- que sea buena onda u obligarme a ser recto con quienes sencillamente no deseo serlo, pedirme explicación sobre porqué no quiero ver a alguien como si no fuera mi cuerpo quien mejor detecta aquellos organismos que le serán hostiles. Estar atento a los vaivenes y fluctuaciones en mis sistemas de ideas -actitud macho pues "Hombre es el que mide"- señalar mis errores como el dedito en la llaga. En suma, corregir micro-contradicciones aplicando un marco teórico, supuesto y general sobre aquello específico que estoy diciendo. Es la maldita razón-general que lo captura todo. Y es, una vez más; la lógica hétero de que esa razón general es capaz de descifrar y definir lo más minúsculo. Nada se escapa a La razón general que debiera denominarse en realidad "Él".

Todo esto implica negar la posibilidad de hablar, de expresar, desenvolver y la capacidad para equivocarse a lo largo del tiempo:
negar mis múltiples posibilidades, devenires y fluctuación de ideas significa que de alguna manera ignoran o incluso están buscando anular la voluntad que igual que el vapor busca los medios para escapar y llegar a nuevos espacios.
claro que dicha ---volición---- ocurre mientras nuestrxs amigxs están pensando en disimular sus propios errores señalando los ajenos en lugar de molestarse en leer para saber qué carajos hablamos cuando hablamos de devenir, voliciones y fugas. Por cierto, que en este desierto, para hablar, no interesan ni caben, por supuesto, las identidades conseguidas mediante títulos. Este cuerpo recibe como la picadura de un insecto a la razón general intentando inmiscuirse en sus asuntos íntimos y singulares.

OJO. aquí no renegamos de una bella compañía, de la posibilidad de un amante, del contacto con otrxs cuerpos... O del placer de compartir unos mates.  Pero si en esa charla deviene estipulación de lo que está bien y lo que está mal, nuestro modo de proceder ser y definirnos, entonces x el momento decimos que nos quedamos con nuestra amiga Soledad antes que con Norma, quien además es aburrida y entre otras cosas dice que entre amigxs no podemos acariciarnos.... (claro que ese es otro rollo)

No hay comentarios:

Publicar un comentario